El problema de los residuos:
la basura orgánica
El 75% de los residuos que producimos en España aún se queman o entierran . La mayor parte es basura orgánica (comida, plantas) y hasta 2023 no disponía de un contenedor propio, el marrón, en todo el país.
La basura que enterramos en vertederos llenaría 800 estadios de fútbol
En España, se recogieron casi 500 kilos de basura (473 kg) por habitante al año según el INE. Esto no significa que cada uno de nosotros produzcamos esa cantidad, pues se incluyen a empresas etc. Pero sí es la cantidad que la sociedad produce. Si multiplicamos por 48 millones de españoles nos da más de 22 millones de toneladas marca España.
Pero, ¿a dónde va toda esta basura?
Esos casi 500 kilos por habitante no desaparecen mágicamente del cubo, ni cuando se los lleva un camión de la basura.
Según la organización Recircula, el 75% de esos residuos, van a vertedero (se entierra) o a incineradora (se "valoriza", es decir, se quema, para producir energía). La mayor parte de este 75% de nuestra basura, casi 11 millones de toneladas de residuos, acaban en el vertedero.
Es decir, más de la mitad de nuestros residuos se entierra. Nos olvidamos de ellos, con los problemas al medioambiente que esto supone. De esta cantidad, una parte recibe algún tipo de tratamiento, pero acaba igualmente en una montaña de basura en el vertedero.
¿Cuánta basura son 500 kilos? ¿Y 11 millones de toneladas?
500 kilos son media tonelada, pero, si ya es difícil de imaginar visualmente la enormidad que supone esta medida, pensemos en lo difícil que es poner en perspectiva cuánto ocupan las casi 11 millones de toneladas de basura que mandamos a vertedero.
Según Recircula esta cantidad equivale ¡a 800 estadios de fútbol! Es decir, es como si metiéramos bajo tierra todos esos estadios de fútbol llenos de basura. Más que todos los estadios profesionales que hay en España.
Infografía propia
Infografía propia
¿Qué pasaría si toda esta basura no se recogiese?
¿Y si no hubiese camiones de basura que se llevasen todos estos desperdicios? ¿Podemos imaginar qué ocurriría con todos estos residuos? Ha habido épocas de la Historia en que la basura no se recogía. En la actualidad también lo hemos sufrido un par de veces, con nevadas o huelgas en las que los camiones no han venido a por nuestros residuos.
¿Qué pasó? Pues fácil, después de apenas dos días la situación era ya insostenible.
¿Es realmente el plástico el principal problema?
Afortunadamente sí tenemos servicio de recogida de basuras. Sin embargo, parece claro que hay mucha basura, y que aunque se recoge, la mayor parte no se recicla. ¿Qué tipo de basura producimos y cómo podemos comenzar a abordar el problema? Sobre el cómo, parece que la respuesta es clara, con las tres Rs: "reducir, reutilizar y reciclar".
A menudo escuchamos que el plástico es el principal problema cuando hablamos de residuos. Es, sin duda, un problema.
No se degrada con facilidad (pues para eso ha sido diseñado) y en muchos países, debido a la mentalidad de usar y tirar, se encuentra abandonado en la naturaleza, en ríos y mares, donde puede permanecer muchas décadas.
Se han hecho multitud de campañas poniendo el foco en el problema del plástico. Tenemos contenedor amarillo para reciclar envases plásticos desde 1999. Recientemente se ha aprobado una ley para prohibir o reducir ciertos productos plásticos, reutilizar otros y reciclarlos al final de su vida útil.
Todo esto es muy positivo, pero, ¿es realmente el plástico el principal residuo que producimos? ¿De toda la basura que generamos, cuánta es plástico?
De todo el plástico que generamos como residuo, los envases son una fracción aún más pequeña del total. El contenedor amarillo, y en menor parte el azul, sólo se enfocan en ese pequeño porcentaje, un 8%, que además no sólo es plástico, sino que incluye latas metálicas, etc.
La orgánica, una basura tan abundante como ignorada
Encontrar datos sobre la basura orgánica que producimos es difícil. Los datos públicos nos hablan de recogida de plástico, papel, vidrio, metal… pero no de basura orgánica. Tampoco dan datos de cuánto suponen los residuos orgánicos dentro de la “basura mezclada”.
Los datos de estas infografías son de Ecoembes, y son los más conservadores con respecto a la basura orgánica.
Más de la mitad de nuestros residuos son orgánicos
Los datos de Ecoembes señalan que la basura orgánica supone el residuo más numeroso, hasta el 37% de toda la basura que tiramos. Realmente no es tan difícil de creer, si tenemos en cuenta el peso de la basura orgánica frente a otros materiales como el plástico.
Amigos de la Tierra, por citar otro ejemplo, cifra la basura orgánica entre el 30 y el 50% de todos los residuos que producimos, y Ambientum sube hasta el 45 y el 55%. Más de la mitad de nuestros residuos son orgánicos si atendemos a estos números.
Parece que todos los datos coinciden en algo, en comparación con el plástico, el papel o el vidrio, hablamos de que la basura orgánica es mucho más abundante. Y sin embargo, apenas ahora comenzamos a tomar conciencia de este tipo de residuo. ¿Qué hacemos con la basura orgánica?
Reducir el desperdicio alimentario
Obviamente, podemos reducir el desperdicio alimentario, por ejemplo. No se trata de dejar de comer, sino de comer con cabeza para no tirar tanta comida. En España enviamos al año al cubo de basura 1,2 millones de toneladas de comida, según encuestas del Ministerio de Agricultura a la población. Y esto supone sólo desperdicio alimentario. No cuentan otros residuos orgánicos como vegetales (de plantas, podas), animales y otros orgánicos.
Pero, incluso reduciendo el derroche, seguirá habiendo una gran cantidad de residuos orgánicos, y no sólo de comida. Por lo tanto, una vez reducimos y consumimos sin derrochar, ¿qué hacemos con lo que queda de esa basura?
Como hemos visto, la basura orgánica puede llegar a suponer la mitad de nuestros residuos.
¿Qué hacer? ¿Alguien sabe lo que es el contenedor marrón?
Aunque ahora resulte difícil de concebir, antes de la década de los 80 sólo existía un contenedor en España donde tirar la basura.
Tenemos contenedor verde para el vidrio desde 1982.
Desde 1999, se sumaron además los contenedores azul y amarillo para el papel y los envases plásticos respectivamente.
Sin embargo, hasta hace poco no había contenedor para la basura orgánica, pese a ser ésta una de las más abundantes.
Sólo Barcelona, de todas las ciudades de España, creó un contenedor marrón (el quinto contenedor) para este residuo ya en 2009 y toda Cataluña lo implantó en 2010. Así, diferenciamos por primera vez el cubo marrón del gris con tapa naranja, el del resto, al que va todo lo demás mezclado. Pero, ¿y en las demás ciudades de España?
Europa nos ha fijado una fecha para que el contenedor marrón sea obligatorio en todo el país, y esa fecha llegó en diciembre de 2023. Se trata de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), concretamente el ODS-11 Ciudades y Comunidades Sostenibles, Meta 11.6.
Madrid se adelantó e implementó el contenedor marrón en 2017. Sin embargo, este cubo sigue siendo un gran desconocido. ¿Qué tiramos aquí? ¿Y para qué sirve separar la basura orgánica?
La respuesta es que, haciéndolo, facilitamos que se trate y se le de una segunda vida a nuestros desperdicios de alimentos, vegetales, etc.
Imagen propia.
Imagen propia.
¿Cómo “reciclan” nuestra basura?
Una vez tiramos estos residuos al contenedor, el camión los lleva a una planta de procesado. En la ciudad de Madrid, este gigantesco macro-complejo es el Parque Tecnológico de Valdemingómez. A sus varias plantas se llevan todos los residuos, separados o no. También van allí los del contenedor marrón. Lo más característico al llegar a Valdemingómez es su olor. La basura que se descarga produce un potente olor… a basura.
En Valdemingómez se encargan de procesar la basura que viene mezclada: la del contenedor de resto, lo que no hemos separado en casa en los cubos de colores. De ahí se extraen: materiales para reciclar, materia orgánica y los descartes (que se incineran o van a vertedero).
Valdemingómez y la materia orgánica: la diferencia del cubo de resto y del marrón
Es la materia orgánica, que ya hemos dicho que es muy abundante, la que nos interesa. ¿Por qué es mejor separarla en el cubo marrón? Muy sencillo, tanto la que va mezclada con otros residuos en el contenedor de resto como la que va separada en el marrón sirven para que en Valdemingómez produzcan biogás (energía).
Pero sólo la materia orgánica del contenedor marrón sirve para que produzcan compost para los campos (abono) y que ésta pueda tener una segunda vida fuera del vertedero.
Otra alternativa: hazlo tú mismo
Además de tirar nuestra basura orgánica al contenedor marrón para que otros hagan compost, también podemos hacerlo nosotros mismos. Es lo que pensaron los vecinos del barrio de Hortaleza, quienes inauguraron la primera área de compostaje de Madrid, antes incluso de que el ayuntamiento pusiera el cubo orgánico.
Con la basura de sus casas, los vecinos elaboran abono para huertos y colegios, de forma colaborativa y gratuita. Un abono de una calidad muy buena debido a la nula cantidad de impropios (materiales no orgánicos) que hay en su cubo. ¿Cómo hacen el compost y cómo surgió esta idea? Nos lo explican en este vídeo.
Que lo que salió del abono vuelva a ser abono
En España comenzamos a separar el vidrio hace más de cuarenta años. No fue hasta casi veinte después que sumamos los contenedores azul y amarillo de papel y envases plásticos. Han tenido que pasar otros (más) de veinte años de nuevo para que tengamos un cubo marrón para la basura orgánica. Todo ello pese a que es el residuo que más producimos.
22 millones de toneladas suponen mucha basura. Es imprescindible tratar la basura que producimos para que no acabe enterrada sin más. Si utilizamos bien el cubo marrón podemos evitar que muchas de esas toneladas sigan contaminando nuestros suelos y nuestro aire. Podemos darle una nueva vida.
Sin embargo, incluso aunque ciertas ciudades ya llevan unos años familiarizándose con este contenedor marrón, es obvio que a la gente aún le falta información sobre este cubo, para qué sirve y cómo usarlo. Se trata de que separemos la basura orgánica correctamente para que en Valdemingómez o en centros comunitarios de compost, ésta pueda dar lugar a energía y abono, en lugar de ir a un vertedero. Porque cuanto mejor separemos, mejor se podrán tratar nuestros residuos, incluyendo la orgánica.
Hacen falta más campañas de información y sensibilización. Primero, para que la gente sepa el peso que tiene la basura orgánica (nunca mejor dicho) sobre el total de toneladas de residuos que tiramos al año. Y segundo, para que tiremos a ese contenedor lo que de verdad va en ese contenedor. Para que luego podamos darle a la basura orgánica, como nuestros restos de alimentos, una segunda vida que convierta en abono lo que salió del abono.